Pinturas rupestres de Altamira – características
La cueva de Altamira, en Cantabria, está constituida por una serie de pinturas denominadas rupestres que se realizaron por los antepasados del “Homo sapiens sapiens” actual, siendo de gran importancia como Patrimonio Histórico no solo a nivel nacional sino internacional, al ser una de las primeras cuevas con pinturas rupestres encontradas y además de las más grandes y detalladas europeas, siendo la más importante representación artística del Paleolítico mundial.
Las pinturas rupestres de la cueva de Altamira se encontraron a finales del siglo XIX, en el año 1868, por Modesto Cubillas prácticamente de casualidad cuando estaba cazando con su perro, pero el hallazgo lo expuso Don Marcelino Sanz de Sautuola en “Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander” en 1880, donde indicaba que se trataban de pinturas rupestres.
Pero en esta época era algo escéptico y polémico el tema de la evolución y de la prehistoria, por lo que su existencia calló en el olvido.
Fue a principios del siglo XX que el francés Émile Cartailhac publicó un trabajo reconociendo el valor de las pinturas presentes en las cuevas y los restos que se podrían encontrar.
En este punto, Altamira se volvió un punto de estudio de la Prehistoria y los antepasados del hombre a nivel de Península Ibérica y Europa, descubriendo no solo pinturas únicas por su estilo de representación y lo que también representaban, sino también restos de los primeros colonizadores del Viejo Mundo y otros animales.
Se ha llegado a denominar a las cuevas y su arte rupestre como “La Capilla Sixtina del Arte Cuaternario”, ya que aparecen diversas representaciones que se explicarán más adelante.
Características de la cueva de Altamira
La cueva consiste en 270 metros de profundidad dividida en 3 salas, siendo 18 metros de una de las cámaras los que poseen las más espectaculares representaciones por la pared y el techo. Además, en el resto de la cueva se han hallado restos biológicos de pescado, ciervos y antepasados del ser humano entre otros.
Fue la primera pintura rupestre que se encontró en Europa, pero como se ha indicado anteriormente no se le tomó importancia hasta un par de décadas después.
Actualmente ha pasado varios años cerrada y en restauración debido a que las pinturas se estaban deteriorando, ya que en un principio se permitía tocar las pinturas.
A su vez, se hizo una cueva falsa con las mismas pinturas, tratando de simular las mismas condiciones y pinturas a través de los mismos métodos e instrumentales para ser lo más similar a la cueva original, para que cuando se restauraba la original se pudiera visitar ésta, pero incluso ésta fue dañada no solo por permitir tocarlas sino por las condiciones de humedad y la misma presencia de gran cantidad de turistas.
La cueva se encuentra abierta al público, pero las visitas son limitadas en un día y los grupos son pequeños, ya que se pretende no deteriorar las pinturas debido al alto coste económico que presenta su restauración y al alto valor histórico y turístico.
Características de las pinturas
A través de las pruebas con carbono 14, se han podido datar las pinturas realizadas hace aproximadamente 12.000 – 15.000 años de antigüedad, por lo que datan de finales del Pleistoceno e incluso principios del Holoceno, mientras que los restos que aparecen en la cueva son incluso anteriores, de hasta hace 30.000-38.000 años de antigüedad, de mediados del Pleistoceno, por lo que los animales que poblaron la cueva son mucho anteriores a las pinturas que le dieron fama.
Recientemente nuevos análisis realizados sobre las pinturas datan a una serie de ellas, unos signos pintados en ocre rojo en una zona muy interior de la cueva, de hace 30.000 años. Esto hace pensar que los restos de animales nombrados antes no estarían tan alejados de los primeros asentamientos humanos dentro de la cueva, y que pudieron estar ligados a un clan familiar.
Las pinturas siguen siendo un misterio en cuanto a por qué se dibujaron. Entre las hipótesis que se barajan aparecen que sean estrategias de caza debido a que en algunas pinturas aparecen humanos junto a otros animales, también que simplemente pintaban lo que veían como puede ocurrir con cuadros de hoy día, o algunos ritos y creencias de los antepasados del hombre, algunos incluso indican que podrían representar dos clanes luchando (uno representado por los ciervos y otro por los bisontes).
Las técnicas de pintura son dos: monocromía o policromía, en función de cuántos colores utilizaban. En la monocromía se usaba un único color mientras que en la policromía se usaban mínimo dos. En ambos el más utilizado es el negro, obtenido a través de carbón, mientras que el otro más utilizado era el rojo o marrón que obtenían de oxido de hierro disuelto en agua y después aplicado sobre la roca.
Se ha indicado que pintaban como se enseña ahora a los niños: primero un contorno grande y gordo con carbón negro, y después podían ser rellenados con el óxido dando color rojizo, o con el carbón o no ser rellenados si quiera.
El cómo la aplicaban se ha indicado que lo podían hacer de tres modos diferentes, podríamos decir que existieron tres estilos de pintura rupestre: con los dedos, con un pincel o con la boca a modo de aerógrafo, siendo estas últimas las representaciones de las manos de los que vivían en la zona por aquel momento o incluso la firma del artista en cuestión.
Entre los animales que aparecen, la gran mayoría de ellos se encuentran actualmente extintos en España y en toda Europa. Son representaciones de bisontes, ciervos, osos y leones de las cavernas, caballos, mamuts… La mayoría son animales de climas muy fríos que como hemos dicho están extintos en nuestro continente.
Las representaciones van desde animales de 120 centímetros hasta un ciervo de 2 metros de longitud pintados sobre las paredes de roca. Dos de las imágenes más famosas son el bisonte y el caballo, no solo por el tamaño de la representación en sí (cerca de 150 centímetros) sino que también presentan gran detallismo anatómico comparado con otros animales pintados no solo en la misma cueva de Altamira sino también comparado con cuevas de otras partes de Europa.
Entre las representaciones también aparecen estructuras que no son animales, como espirales, círculos concéntricos, triángulos y otras formas poligonales… Algunos investigadores han indicado que este tipo de representaciones de formas más o menos poligonales podían ser representaciones del Sol y otros sistemas de estrellas y constelaciones para saber orientarse o la época en la que se encontraban (no todas las constelaciones se ven a lo largo del año), o también que pudieron ser representaciones de sus dioses.
¿Por qué son tan importantes estas pinturas?
Estas pinturas rupestres son importantes no solo por lo que simbolizan, sino por lo que significan en la evolución humana. La capacidad de representar escenas está ligada con la inteligencia, incluso los “garabatos” como rectángulos, círculos y triángulos que aparecen en algunas zonas de las pinturas que pueden representar desde el sol hasta diferentes deidades.
Junto a las pinturas se han encontrado restos de animales que estaban también representados, y también han aparecido diversos restos de humanos prehistóricos que han sido importantes y estudiados a nivel mundial, ya que en la época de la que datan es de la posible convivencia entre Homo neanderthalensis y Homo sapiens, de los que han salido trabajos importantes como que posiblemente los humanos actuales seamos un descendiente hibrido entre Homo sapiens y Homo neanderthalensis (no a proporción 50-50 sino que tengamos una pequeña proporción de H.neanderthalensis en nuestro genoma).
Además, junto a las representaciones había animales que no se han encontrado aún o que se han encontrado recientemente, como los leones de las cavernas encontrados en Cataluña hace un par de años. También se han encontrado estructuras ornamentadas y conchas que sirvieron o de alimento o para ornamentación, y herramientas no solo de caza sino de la vida diaria como agujas, vasijas y platos.
Las pinturas reflejan por tanto inteligencia temprana del humano prehistórico, una inteligencia diferente a la que antes presentaba al curtir pieles y crear herramientas de caza, ya que es inteligencia artística.
Además, estas representaciones de animales han ayudado a explicar, o al menos acercarnos, a lo que era el ecosistema y los grupos de animales extintos hace miles de años y que convivieron con el humano, que le aportaron alimento y cuero, y que quedan retratados en Altamira para la posteridad.
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